Comenzó haciendo una jerarquía conceptual poniendo énfasis en la distinción entre el problema ambiental global, local e individual, ubicándolos en el momento histórico en que vivimos.
Luego, repasando las distintas eras vimos que hay un nombre que identifica al humano en cada una de ellas: homosapiens, guerreros, colonizadores, industriales etc. Ubicados en un futuro lejano deberíamos pensar: ¿cómo nos llamarán?. ¿Seremos los consumidores?, ¿los compradores compulsivos?, ¿el ser racional que ha destruido el planeta en el menor tiempo?. Pensemos en los animales: un lagarto ¿qué ha modificado del medio ambiente?.
Es hora de tomar conciencia del daño ambiental que estamos generando. No podemos seguir pendientes del problema global sino que debemos focalizarnos en lograr conductas individuales desde el hogar que generen resultados visibles en lo local. “Un barrio limpio es el que menos se ensucia”.
También mencionó el manejo inteligente de los residuos domiciliarios, exponiendo el ejemplo de Chile.